
Como padres de familia hoy tenemos el gran reto de ayudar a nuestros hijos a desarrollar cualidades de personalidad flexibles que los ayuden a adaptarse de manera efectiva a su entorno.
Las aplicaciones sin duda hoy ofrecen una comodidad instantánea que nos acercan de los que tenemos lejos y nos alejan de lo que tenemos cerca.
La cultura de lo instantáneo genera una baja tolerancia a la frustración desencadenando generaciones de niños y jóvenes que hoy “no piden”… EXIGEN. Lo anterior desencadena características egocéntricas en las personas que les impide conectar con las necesidades del otro, poniendo en primer lugar las suyas.
Las personas egocéntricas tienen una barrera psicológica que les impide actuar con empatía hacia los demás, únicamente ven por su propio bien.
Frecuentemente el origen de este rasgo puede encontrarse en su experiencia familiar, integrado por padres de poca afectividad, que proyectan en sus hijos deseos de grandeza y omnipotencia.
Aquí te presento los rasgos más destacados en las personalidades Egocéntricas.
A pesar de que la imagen externa del egocéntrico puede aparentar una gran confianza en sí mismo, la realidad es otra. Las personas egocéntricas suelen ser inseguras. Según el psicólogo alemán Erich Fromm, esto se debe a un mecanismo de defensa (1991). Proyectan una autoconfianza artificiosa y parecen convencidos de todo lo que dicen, es por ello que pueden resultar persuasivos y ser capaces de actuar como si tuvieran una gran autoestima.
Se observa que se valoran excesivamente a sí mismos. No obstante, el investigador D.M. Svarkic sostiene que esta actitud puede indicar justo lo contrario: una autoestima frágil que intentan compensar mediante esfuerzos para ser respetados, reconocidos y admirados por las demás personas.
La persona egocéntrica cree ser poseedora de grandes talentos y habilidades especiales, y piensa que sus problemas y necesidades solo pueden ser atendidos por personas con gran capacidad y prestigio.
El egocéntrico solo acepta la realidad que encaja con sus ensueños de grandiosidad. Tiende a no dar crédito o simplemente rechaza aquellos aspectos de su vida que ponen en tela de juicio su prestigio y su imagen de persona perfecta y admirable.
La pobre manifestación de sentimientos y gestos afectivos hacia las personas de su entorno (mostrarse sensible le haría sentirse inferior) contrasta con la necesidad del egocéntrico de ser admirado, halagado y respetado.
Aunque pueda no expresarlo de forma directa, el individuo con personalidad egocéntrica es muy proclive a sentirse ofendido ante cualquier crítica (Kohut, 1972). Considera que los demás no tienen suficiente nivel o autoridad para juzgarle, y que probablemente las críticas se deban a la envidia que despierta. Suelen mostrarse excesivamente susceptibles.
Le preocupa sentirse valorado como mejor que los demás. De forma indirecta, la persona egocéntrica expresa sentimientos de envidia, ya que no es capaz de aceptar el éxito ajeno. Tampoco son capaces de aceptar la ayuda de otra persona. Este último punto es paradójico, puesto que a pesar de que necesitan recibir elogios y respeto por parte de los demás, se muestran incapaces de aceptar ninguna clase de ayuda.
Estos son algunos de los rasgos que constituyen la personalidad egocéntrica, sin duda y muy en el fondo son personas que parecen nunca estar satisfechas con nada, no adquieren compromisos fuertes y ni saben como mantenerse estables en relaciones sentimentales.
Espero estas recomendaciones te orienten a ayudar a las personas con cualidades egocéntricas que tengas cerca. Recuerda que esta personalidad está llena de pérdidas en la vida ya que en el día a día lidiar con personas egocéntricas es cansado e insostenible.
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